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La historia del Aceite de Oliva

Para conocer la historia de nuestros olivares hay que remontarse siglos y siglos atrás. Aquí os damos algunos datos históricos y anecdóticos sobre la historia del Olivo y del Aceite de Oliva.

El árbol del olivo es originario de la región que va desde el sur del Cáucaso hasta la zona costera de la actual Siria. A partir de esta zona se expandió su cultivo por Chipre, Egipto y toda la zona costera del Mediterráneo.

Con la expansión de los mercantes fenicios el cultivo del olivo llegó a la península ibérica sobre el año 1050 AC, aunque no se desarrolló de manera mayoritaria hasta la llegada de los romanos.

Los griegos ya veneraban el olivo como árbol mitológico, existía la leyenda de que hubo un certamen entre Atenea y Poseidón para conseguir el control de la nueva ciudad de Attica. El ganador sería el dios que ofreciera el don más útil, y la ciudad sería llamada en honor a su nombre. Atenea hizo aparecer un olivo y ganó la batalla al ser considerado más valioso que el caballo que hizo aparecer Poseidón. También se creía que los dioses nacían bajo las ramas de un olivo.

Las primeras Olimpiadas en la antigua Grecia, los juegos quedaban inaugurados con el encendido de una rama de olivo. Además, durante las mismas, se premiaba a los atletas coronándolos con ramas de olivo cortadas del olivo sagrado que había al lado del templo de Zeus.

Su simbología también era destacada para el cristianismo. El olivo aparece ya en el libro del Génesis en forma de rama para anunciarle a Noe el final del diluvio. Más tarde lo encontramos en Moisés y toma una mayor importancia en el nuevo testamento, donde el olivo aparece en numerosas veces, como por ejemplo cuando Jesús, según la leyenda cristiana, es crucificado en una cruz hecha de madera de olivo o se habla del huerto de olivos al que iba a rezar llamado Getsemaní (que a su vez se traduce como “prensa de aceite”).

En Palestina, a día de hoy, se forman turnos de vigilancia antes de la cosecha en los olivos, para evitar los robos, al igual que se hacía ya en la época del Rey David.

El olivo viaja a América con el segundo viaje de Colón al continente, una vez allí los colonos españoles lo llevaron a distintos rincones del nuevo continente, desde California hasta Argentina.